31
Salud integral
de la espalda
5
La salud de la espalda no puede considerarse de forma aislada al resto del organismo. Una alimenta-
ción saludable, el ejercicio físico realizado de forma regular y a una intensidad moderada, el control
del estrés, evitar el tabaco y un tiempo de recuperación y descanso adecuado, contribuyen de forma
muy importante a mantener una espalda sana y a una mejor salud general.
Los beneficios para nuestro organismo derivados de la práctica del ejercicio físico son innumerables.
Este mejora la condición cardiovascular y muscular, contribuye al control del sobrepeso, de la tensión
arterial y de la diabetes, disminuye las molestias digestivas, aumenta la elasticidad muscular y la fle-
xibilidad articular, interviene en la corrección de malas posturas y por último, incrementa el bienestar
psicológico reduciendo el estrés, la ansiedad, la depresión y el insomnio. En resumen, proporciona una
mejor condición general al individuo.
Recomendaciones generales:
✓
La prescripción de ejercicio físico deberá ser individualizada y sometida a controles médicos
regulares.
✓
Si tienes alguna enfermedad cardiaca, pulmonar o hipertensión, entre otras, no hagas ejer-
cicio sin consultar previamente a tu médico.
✓
Ten en cuenta que es recomendable practicar ejercicio moderado 30 minutos durante 5 días
a la semana o bien, 45 minutos de ejercicio de intensidad media 3 días a la semana.
✓
Cuando inicies la actividad física, evita ejercicios de intensidades elevadas.
✓
No realices ejercicios físicos en ambientes calurosos y húmedos debido al riesgo de deshi-
dratación y golpe de calor.
✓
Recuerda calentar siempre de manera previa a la actividad y de los estiramientos y la rela-
jación al finalizar cada sesión.
✓
Hidrátate adecuadamente antes de sentir sed. La sed es un indicador de deshidratación por
lo que se deberá beber antes, durante y después del ejercicio.
5.1 La actividad física y el deporte